El presidente ponderó la gestión del ministro Martín Guzmán en la renegociación de la deuda externa con los acreedores privados. Destacó las políticas del IFE y los ATP que "lograron mantener el trabajo de los argentinos".
El presidente Alberto Fernández afirmó que no hará “un ajuste que pague la gente” en relación a eventuales condiciones para renegociar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y dijo confiar en que la titular del organismo, Kristalina Georgieva, lo “va a entender”.
“Tengo mucha confianza en que ella se dé cuenta que no le podemos hacer pagar más costos a los que ya han perdido todo, a ellos solo hay que volver a ponerlos en el escenario de la sociedad”, dijo el mandatario en una entrevista en C5N.
Al respecto, el mandatario aseguró que “Argentina saldrá adelante con sus recetas”, y no con los planes que dicte el organismo internacional de crédito.
“Hablé mucho con el Papa Francisco y él me planteó que habla con (Kristalina) Georgieva porque es una mujer que conoce la pobreza porque vivió en un país como Bulgaria en la época del comunismo. Creo que ella entiende de la situación de la que venimos”, señaló el jefe de Estado.
Fernández ponderó además la gestión del ministro de Economía, Martín Guzmán, en la renegociación de la deuda externa con los acreedores privados, al considerar que es un catedrático que “pone la economía al servicio del desarrollo humano”.
“Decían que Martín (Guzmán) era Sacachispas, nada más inexacto. Es un hombre que dejó su prestigio como académico en el exterior para hacer una contribución patriótica. Nos dio una estrategia para resolver el tema de la deuda”, afirmó el Presidente.
El mandatario destacó además las políticas del IFE y los ATP que lograron mantener el trabajo de los argentinos, y se manifestó confiado en que el país “se va a recuperar rápido” cuando pase la pandemia de coronavirus.
“No podemos olvidarnos que lo que le pasa a Argentina le pasa al mundo. Hay en los últimos días algunos indicios que son positivos. Nos vamos a recuperar y rápido cuando pase la pandemia”, vaticinó.
Por otra parte, advirtió que la situación por el coronavirus en el país es “aún crítica”, admitió que “hubiera preferido esperar un poco más” para abrir los bares en la ciudad de Buenos Aires que podrán atender en mesas al aire libre y sostuvo que “cada vez que hubo una marcha, 15 días después crecieron los contagios”.
“Le han hecho creer a la gente que el riesgo al aire libre no existe y no es así; el riesgo, es menor, pero existe” y reveló que le pidió al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, “ser muy estrictos en los protocolos” de los bares y restaurantes que podrán atender en mesas al aire libre, a partir del próximo lunes.
“Yo hubiera preferido esperar un poco más. El jefe de Gobierno porteño me planteó una presión muy grande de parte de los comerciantes. Pero no quiero cargar la responsabilidad sobre él porque es una decisión que tomamos en conjunto”, dijo el Presidente.
Tras advertir que la situación por la pandemia de coronavirus en el país es aún “crítica”, el jefe de Estado sostuvo que “cada vez que hubo una marcha, 15 días después crecieron los contagios”.
En ese sentido, consideró que “en una pandemia no se critica con manifestaciones”, dijo preferir que las personas “salgan a los balcones y toquen la cacerola” y afirmó que no le “parece feliz que un expresidente celebre la salida a la calle de la gente en plena pandemia” en referencia a Mauricio Macri.
En uno de los tramos más distendidos de la entrevista, Fernández contó que la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, le hizo días atrás una carta astral, que dio como resultado que “se encontraba predestinado a construir desde las cenizas”.
“Bueno, Vilma tiene esas cosas y me dijo que en la carta astral que me hizo le dio eso. La verdad que así fue cuando acompañé a Néstor (Kirchner) como presidente y ahora pasa lo mismo. La verdad es algo que no sufro. No me quejo”, detalló.
En cuanto al rol de la oposición, Fernández marcó una diferencia entre quienes gobiernan y “los que escriben en Twitter, donde son todos inteligentes”, consideró.
Al respecto, diferenció entre gobernantes como Horacio Rodríguez Larreta y otros gobernadores e intendentes, que escriben en Twitter donde todos son inteligentes. “Quiero competir con aquellos que saben cuáles son los límites. Lo que dije ayer del centralismo porteño lo pensé toda la vida y no porque quiera rivalizar con alguien”, aclaró.
En ese sentido, se refirió al dirigente radical Ernesto Sanz, quien se preguntó recientemente “cuándo faltaba para que todo estalle”, y el mandatario sostuvo que lo que “debe pasar es que un hombre como él sea presidente”.
El jefe de Estado elogió a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, al asegurar que tiene “una inteligencia singular”, y afirmó que “nunca la van a escuchar hablar mal de la gente que menos tiene”.
Fernández sostuvo, además, que los que se oponen a la Reforma Judicial quieren “que en la Justicia todo siga como hasta ahora”, y aseguró que no busca con esta iniciativa “perseguir opositores como hicieron otros cuando fueron gobierno”.
En cuanto al proyecto presentado en la Cámara de Diputados para gravar las grandes fortunas, el jefe de Estado indicó que “no es un impuesto, sino una contribución” y consideró que “la responsabilidad y el compromiso social debería obligar a ciertos sectores a entender que hace falta contribuir” en tiempos de pandemia.
Según consideró, las versiones periodísticas que circularon esta semana sobre un supuesto aumento en la alícuota del Impuesto a las Ganancias “fueron la reacción” a la presentación de esa iniciativa que se formalizó ayer en la Cámara de Diputados.
Fernández defendió también la decisión de declarar servicio público y esencial a internet, la telefonía móvil y la TV cable, al sostener que es de una “racionalidad económica absoluta” y cuestionó cómo desinforman algunos medios que “no dan cuenta de las ganancias que tuvieron en estos años las grandes empresas de telecomunicaciones.
En materia de seguridad, adelantó que entre el martes y el miércoles presentará “un plan integral” que prevé el despligue de 4.000 gendarmes en el conurbano bonaerense.